domingo, 9 de septiembre de 2018

Cachapas


Recorrí la calle larga habilitada para el mercado sabatino de Guarenas;
me coleé entre sus olores y colores.
Era diferente, estaba de visita un camión 350 atiborrado de jojotos;
más allá cestas y pilas con esa geometría de pueblo.
Me sonreían esas mazorcas, les presté atención y decidí llevarme un par de docenas a casa.
Llevé también queso, huevos y llegando al límite del mercado, aguacates a 5, en efectivo.

Llegué a casa, estaba el sartén, el molino, había aceite y gas.

Pero faltaba ella… y l fogón, el patio de tierra, el canto del gallo, el trinar de los pájaros, las flores silvestres, y el bloque debajo de la mata de mangos con el plato de peltre.

Ella

 Se veía frágil, pálida, inofensiva testigo silente de algunas de mis comidas germánicas confieso que no le hacía mucho caso a p...